¿Economía Social y/o Economía Solidaria?


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Recientemente he impartido el Curso Taller “Economía Solidaria” para el personal técnico de Acción contra el Hambre y el de otras entidades del 3er sector participantes en Vives Proyecto. Algunas personas plantearon si la Economía Solidaria y la Economía Social son lo mismo, lo cual me parece una cuestión importante e interesante de aclarar porque efectivamente hay mucha confusión e incluso debate entre instituciones y personas teóricas en la materia.

Si bien muchas personas utilizan los términos “economía solidaria” y “economía social” como sinónimos muchas otras consideramos que no lo son.

El concepto de Economía Social se viene utilizando desde el siglo XIX y se ha ido modificando y adaptando a través de del tiempo. La definición más reciente (2006) y ampliamente aceptada, incluso por el Consejo Económico y Social Europeo (CESE) es la siguiente:

“Conjunto de empresas privadas organizadas formalmente, con autonomía de decisión y libertad de adhesión, creadas para satisfacer las necesidades de sus socios a través del mercado, produciendo bienes y servicios, asegurando o financiando y en las que la eventual distribución entre los socios de beneficios o excedentes así como la toma de decisiones, no están ligados directamente con el capital o cotizaciones aportados por cada socio, correspondiendo un voto a cada uno de ellos. La Economía Social también agrupa a aquellas entidades privadas organizadas formalmente con autonomía de decisión y libertad de adhesión que producen servicios de no mercado a favor de las familias, cuyos excedentes, si los hubiera, no pueden ser apropiados por los agentes económicos que las crean, controlan o financian”.

Para ser parte de la Economía Social deben cumplirse los siguientes criterios:

  • ser entidades privadas,
  • estar organizadas formalmente (con personalidad jurídica propia),
  • tener autonomía de decisión,
  • tener libertad de adhesión,
  • realizar la distribución de beneficios sin vincularla al capital aportado,
  • ejercer una actividad económica y
  • ser organizaciones democráticas

La Economía Solidaria nace del tronco común de la Economía Social. Supone repensar las relaciones económicas desde unos parámetros diferentes. Así en lugar de seguir la lógica del capital, se busca construir relaciones de producción, distribución, consumo y financiación basadas en la justicia social, la cooperación, la reciprocidad y la solidaridad. Frente al capital y su acumulación, la Economía Solidaria pone a las personas y su trabajo en el centro del sistema económico, buscando satisfacer sus necesidades y teniendo en cuenta tanto su bienestar como el del medio ambiente. Las Empresas Solidarias tienen como principios la solidaridad, la confianza, la cooperación y el trabajo colectivo, y priorizan a las personas y su bienestar individual y colectivo.

La Economía Solidaria ofrece formas de organización de la producción (de bienes y servicios) en base a las Empresas Solidarias, que adoptan formas jurídicas y organizativas distintas de acuerdo al marco legislativo del país donde operen. Las formas jurídicas vigentes en España son las recogidas en la Ley de Economía Social.

Tanto la Economía Solidaria como la Social representan modelos de emprendimiento alternativo para las personas que buscan en la creación de una empresa no sólo beneficios económicos sino también sociales y medioambientales. Actualmente se plantean, además, como una forma de emprender muy adecuada a los tiempos de incertidumbre y crisis económica que hacen más difícil aún el acceso y mantenimiento de un puesto de trabajo, pues son idóneas para ciertas personas y grupos con dificultades de inserción en el mercado laboral por cuenta ajena, suponiendo una mejora en su vida personal y laboral y, al mismo tiempo, repercutiendo socialmente como fuente creadora de empleo y de riqueza.