Rafa Nadal y 6 lecciones de emprendimiento (y de vida)


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Empiezo el nuevo año con la determinación de hacer el ejercicio consciente de extraer de cada actividad, acto, contacto, encuentro lo mejor y más positivo. Ha sido difícil, como viene siendo en los últimos tiempos, leer hoy los titulares de los periódicos y acabar con una nota positiva. Difícil, pero no imposible. Entre las malas nuevas y las que ya vienen del año pasado –o incluso de antes-, encuentro una entrevista que, a pesar de su apariencia sencilla,  encierra importantes lecciones. Lecciones de las que merece la pena tomar nota en cualquier proceso de emprendimiento, bien sea un nuevo año o un proyecto empresarial.

Bajo el título El sufrimiento se hace fuerza” (elpais.com, 1 de enero de 2014) Juan José Mateo presenta una entrevista con Rafa Nadal, a quien no sigo cuidadosamente pues no soy fan del tenis, pero que reconozco ha logrado sorprenderme una vez más. El tenista empezó 2013 con mal pie, o mejor, con una mala rodilla que lo tuvo durante meses apartado del quehacer que tanto éxito y fama le ha generado. Sin embargo, logró acabar el año como número uno del tenis mundial. Con sus reflexiones en esta entrevista deja muy claro que el éxito depende mucho más del trabajo duro, la voluntad y la constancia que del factor suerte, que por cierto, ni menciona. Así queda de manifiesto a través de 6 lecciones fundamentales:

  1. Es natural “dudar” sobre el proceso y sus resultados. No es malo, antes al contrario, dudar sirve para prepararse, para investigar, para estar alerta, paro tener un plan de contingencias. El miedo sólo es negativo cuando nos paraliza. Si nos paralizamos no avanzamos. Si no avanzamos,  no progresamos. Si no progresamos no sólo permanecemos en la misma situación, esa de la que tanto nos gustaría escapar, sino que muy posiblemente se deteriore y se convierta en una realidad aún peor.
  2. Tener dudas mantiene los niveles de arrogancia en su justa medida. La altanería o la soberbia pueden hacernos creer que sabemos y controlamos todo, incluso lo que quiere nuestra clientela. Un error que hace que muchas personas emprendedoras encuentren que lo que creen su producto o servicio estrella no es tal para su público objetivo y por tanto, no se vende. En lugar de convertirse en estrellas acaban estrellándose. Pero un poco de arrogancia, entendida esta como valentía y arrojo es necesario para caminar y salir de nuestra mal llamada “zona de confort” que en muchas ocasiones es un techo de cristal autoimpuesto.
  3. La importancia de la ilusión, de ser una persona positiva y ser consciente de que el éxito, si llega, no dura eternamente. El proceso de emprendimiento (emprendimiento exitoso, se entiende) requiere una dosis alta de ilusión y motivación personal, así como la transmisión continua de esa ilusión a inversionistas, equipo, clientela, etc. Y es fundamental cuando ya se lleva cierto tiempo en el “negocio”, cuando la lucha por mantenerse requiere ilusiones renovadas y estrategias novedosas que pueden incluso acabar no ya en la diversificación sino en el cambio de actividad.
  4. Si te encanta lo que haces seguirás peleando, aunque surjan problemas. Y por si fuera poco, si a la motivación que está en la base de un proyecto se le unen obstáculos para sacarlo adelante, su realización será aún más satisfactoria porque se superaron los retos y obstáculos. “Esos momentos de sufrimiento se convierten en potencia. Se convierten en fuerza… Soy consciente de que la adrenalina, esa sensación de felicidad, de satisfacción, de nervios, de tensión, de cuando ganas, de emoción… yo creo que no la voy a encontrar en otra cosa”.
  5. Cada rival requiere una estrategia táctica y mental específica. Por tanto, es necesario conocer muy bien a la competencia pues sólo así pueden preverse y anticiparse sus movimientos, pero es requisito imprescindible, además, tener una buena preparación y ser persona proactiva para no quedarse únicamente en reaccionar a los movimientos de la competencia. “Los enfrentamientos los han ido ganando quienes estaban en el mejor momento, en el pico de forma”.
  6. El éxito no significa no caerse nunca sino levantarse las veces que haga falta. Cuando alguien lo da todo y “se deja el alma” no hay arrepentimiento, no cabe el “debería…” porque la persona sabe que hizo todo lo que pudo. Aunque se pierdan siete partidos seguidos y se haya dejado el alma en el proceso, lo importante es enfrentarse al siguiente, a la próxima oportunidad,  y hacerlo con la convicción de salir a ganar y la conciencia de saber que se es el número uno. Así no hay duda que se resista. Ni tampoco competencia.

1 comment

  1. Elvira

    Muy buen post Paz, me gusta que sea un post con contenido y que uses a Rafa Nadal como guión ya que es más fácil hacerse una idea cuando tienes alguien de referente y puedes ponerle cara. Aunque no practiquemos deporte todos somos conscientes de que el éxito de Rafa Nadal es trabajado a niveles máximos¡ y por eso tan merecidos¡¡ Grandes consejos das¡
    Enhorabuena por la web porque es muy fácil y atractiva.

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